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Gaby Arenas está rompiendo los patrones de violencia en el hogar, la escuela y las comunidades. A través de su Fundación TAAP logra promover la convivencia pacífica, generar proyectos de desarrollo social y emprendimientos que aumenten el bienestar de las comunidades. Gaby usa el juego, la imaginación y el arte como herramientas para desarrollar el pensamiento crítico y la comprensión que cambia la forma en que las personas ven y responden a su entorno.
Gaby creció en una familia de investigadores y profesores, de quienes ganó la pasión por el descubrimiento, pero también la conciencia social. Criada en los patios de las universidades de sus padres, le enseñaron a cuestionar y aprender continuamente. Disfrutaba especialmente el tiempo en el laboratorio de su padre, usando su microscopio. Una tradición familiar en Navidad era dar regalos a los demás, una filosofía de agradecer dando. Gaby estudió en una escuela comunitaria, en un modelo de aula abierta. Se esperaba que los estudiantes contribuyeran a la comunidad del pueblo y coexistieran con ellos con consideración. Su experiencia allí demostró que es importante respetar lo que cada comunidad e individuo tiene para ofrecer, junto con sus dinámicas y aprendizajes sociales y culturales. De joven, enseñó clases de música y teatro a niños cuyas madres estaban encarceladas, y enseñó a leer tanto a niños como a adultos mayores. En la universidad, Gaby estudió comunicación social. Allí, se involucró en un grupo de teatro como productora y actriz. El profesor de Gaby pidió a sus alumnos que dieran talleres de teatro comunitario en áreas de bajos ingresos. Allí, Gaby comenzó a aprender los conceptos básicos del trabajo de desarrollo comunitario y estuvo expuesta al emprendimiento social, viendo la diferencia que hace ir más allá de la asistencia para capacitar a las comunidades para que resuelvan sus propios problemas. Cada día, la misión de Gaby se reafirma al ver la confianza que los niños, los padres y los líderes comunitarios han depositado en la fundación TAAP para hacer precisamente eso.
Gaby Arenas desarrolló el Modelo TAAP para el Aprendizaje (Taller de Aprendizaje de las Artes y el Pensamiento) para capacitar a niños, adolescentes, padres y maestros en una vida pacífica. Los talleres ayudan a generar proyectos de desarrollo social, así como emprendimientos que mejoran el bienestar de las comunidades e incluso afectan las políticas públicas. Ella está cambiando la forma de pensar de la gente al enseñar el diálogo para la resolución de conflictos, habilidades de mediación y habilidades para proteger los derechos humanos básicos. Para Gaby, las artes visuales son un lenguaje compartido que nos permite comunicarnos y comprendernos. La palabra escrita y hablada no es suficiente cuando se busca el diálogo en contextos tan polarizados y cree que al crear una representación / imagen visual, se tiene un punto de partida desde el que llegar a la resolución. Sin una herramienta de negociación, las personas no logran llegar a un acuerdo, pero pueden encontrar una solución común trabajando juntos en una imagen. El método TAAP aborda la violencia desde cinco ángulos: antropológico, cultural, de aprendizaje, social, estructural y biológico / psicológico. Gaby primero identifica los "detonadores" de distintos tipos de violencia y luego desarrolla actividades para desactivarlos. A través de talleres, los participantes aprenden a identificar los detonantes de sus acciones violentas, formas alternativas de actuar y la consecuencia tanto de la acción inicial como de las alternativas. El individuo descubre, desarrolla y practica habilidades sociales como la tolerancia, la empatía, el respeto, la perseverancia y el trabajo en equipo. Además de trabajar en el diálogo, los talleres cubren la creatividad y la solidaridad. El trabajo de Gaby va más allá de los métodos de enseñanza tradicionales y los programas de consolidación de la paz en la escuela y las comunidades. TAAP provoca una reflexión activa y un aprendizaje vivencial, sin decirle a la gente qué hacer, sino invitándolos a ser conscientes y pensar en los mitos y desafíos asociados con la violencia y cómo superarlos. La naturaleza integral del trabajo de Gaby proviene de involucrar a toda la comunidad. Comienza con los niños y los jóvenes, ya que son las principales víctimas de la violencia y los más vulnerables. Los niños aprenden a compartir, respetar a sus compañeros, conocer sus derechos y deberes como ciudadanos y participar en la búsqueda de actividades de construcción de paz en su comunidad. Los adultos tienen la oportunidad de expresarse, experimentar alternativas a la violencia (cultural, estructural o social) y participar en actividades para mejorar la convivencia en el hogar, la escuela y la comunidad. Los padres, líderes comunitarios y profesores aprenden las herramientas para gestionar soluciones y crear proyectos que mejoren la calidad de vida (adiciones de alumbrado público, etc.). Todo esto Gaby se vincula con el cambio de políticas para garantizar una disminución de la violencia a largo plazo. Uno de ellos es una propuesta de Ley de Promoción de la Convivencia Pacífica. También está trabajando con la Cátedra de Compromiso Social de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) para desarrollar un programa llamado Autonomía que se llevará a cinco escuelas primarias de Caracas. Ya se está extendiendo más allá de Venezuela a Colombia, con asociaciones en el terreno para ayudarla a traducir el taller TAAP al contexto de Colombia, y los materiales TAAP se han adoptado en Venezuela, Colombia y Nueva York.
La violencia en Venezuela sigue aumentando, y especialmente la violencia que afecta a niños y jóvenes. Según un informe de Cecodap (una OSC venezolana que trabaja por los derechos del niño), más de 3.200 de ese grupo de edad fueron víctimas de algún tipo de violencia en 2009. Esas estadísticas apuntan a una falta de políticas y soluciones integradas, tanto a corto como a largo plazo. plazo, que permitan la prevención y resolución de la violencia. En Venezuela, las leyes de protección infantil y los acuerdos internacionales que existen son difíciles de aplicar debido a las lagunas del sistema judicial de protección de menores. El Sistema de Protección a la Niñez y Adolescencia, una colaboración de organizaciones y políticas implementadas después de la Ley del mismo nombre de 1989, no logra coordinar programas, herramientas y recursos de manera suficiente o permanente, su intervención efectiva generalmente se limita a atender casos únicos. . Las estadísticas oficiales informan que entre 1999 y 2010, el país tuvo más de 136.000 muertes violentas con armas de fuego. Durante ese mismo período, el homicidio fue la principal causa de muerte de hombres jóvenes entre las edades de 15 y 24 años. Parte del problema es la formación inadecuada de los profesionales de diversas disciplinas en la prevención de la violencia. Además, la falta de integración entre los equipos asistenciales y de prevención dificulta la atención. Estos profesionales, y otras personas e instituciones, tienden a tener un conjunto de creencias y conceptos erróneos sobre la violencia. A esto se suma el sistema educativo latinoamericano, diseñado para enseñar lógica matemática y habilidades verbales, que omite la formación en habilidades que desarrollen hábitos sociales saludables y una cultura de paz.
En 2003, Gaby Arenas comenzó a investigar el desarrollo social y la comunicación desde la perspectiva de la gestión social y la responsabilidad social empresarial (RSE). Parte de su inspiración fue conocer a su esposo seis años antes, quien impartía clases de arte en la escuela primaria. Gaby quería saber más sobre la relación entre el arte y la convivencia pacífica, y comprendió que no es posible ningún tipo de desarrollo cuando la violencia bloquea el avance de una comunidad. Encontró ejemplos en todo el mundo, Nueva York, Brasil, Sierra Leona y Argentina, que estudió y utilizó como base para su Fundación TAAP (Taller de aprendizaje de artes y pensamiento), fundada en 2009. Gaby está particularmente preocupada por la violencia que afecta a niños y jóvenes y, por consiguiente, por el papel de la familia y la comunidad en su protección. El constante aumento de la violencia en Venezuela ha comenzado a normalizar el problema. Las dinámicas de interacción en las familias, en la escuela y en la sociedad se han vuelto tolerantes e incluso propicias para el comportamiento agresivo. Gaby ve la importancia de desmitificar la violencia y eliminar las creencias erróneas que pueden bloquear los intentos de resolución. Según Naciones Unidas, las políticas públicas exitosas, los programas de prevención, atención y rehabilitación de los perpetradores y víctimas de la violencia se desarrollan "de manera integral, considerando simultáneamente los factores de riesgo que operan tanto a nivel individual, como en el hogar, en la comunidad y en la sociedad en general "(ONU, 2006). El modelo desarrollado por Gaby comprende un proceso de aprendizaje que aprovecha más de 60 actividades, cada una diseñada para abordar la igualdad, el respeto, la diversidad, el acoso, la tolerancia, el trabajo en equipo, etc. En las actividades, los participantes observan, se conocen y expresan sus ideas sin sentir constreñido. Al compartir sus puntos de vista y ver que cada persona es diferente, el individuo aprende a tolerar diferentes formas de pensar y se anima a ponerse en el lugar del otro. A través de la actividad, el potencial de cada persona se hace evidente y los participantes pueden comenzar a pensar en proyectos apropiados para trabajar juntos que beneficien a la comunidad en su conjunto. En el trabajo con niños y jóvenes, los participantes reflexionan sobre las apariencias, la convivencia, el espacio público y la relación que cada persona tiene con este espacio y las demás personas que lo comparten con él. Este proceso permite al joven comprender que sus reacciones forman parte de conductas aprendidas que influyen (positiva o negativamente) en él mismo y en quienes lo rodean. A su vez, los jóvenes pueden identificar la violencia en ellos mismos y en su entorno. Una vez que se produce el reconocimiento, Gaby proporciona herramientas para pensar en otras alternativas a la violencia. Por ejemplo, un grupo de 13 a 17 años sin ningún tipo de planes de futuro, comenzó a realizar talleres de fotografía en TAAP. Al tomar instantáneas de su vida diaria, comenzaron a ver de una manera nueva cómo vivían. Se dieron cuenta de que estaban rodeados de drogas, secuestros, homicidios, y no querían ese estilo de vida; querían un futuro. Hoy, ninguno de ese grupo de jóvenes está involucrado en esas actividades, y en cambio todos están estudiando con becas de arte de la fundación. El método TAAP de Gaby se compone de tres etapas de aprendizaje: i) Observación, ii) Creación y iii) Reflexión / Acción. Es una nueva forma de enseñar que trasciende el entorno escolar y comienza por reconocer y desarrollar plenamente las habilidades, intereses y potencialidades de cada individuo, de manera creativa a través de las artes visuales. En la medida en que el individuo aprende estas habilidades, en lugar de practicar de memoria como memorizar o copiar, el individuo comienza a tomarse el tiempo para comprender su propio proceso de pensamiento. La experiencia con este modelo de aprendizaje le ha permitido a Gaby conocer diferentes enfoques de la violencia y su aplicación en contextos sociales y a través de estas experiencias ha podido evaluar diferentes situaciones de violencia en el país, segmentando características y consecuencias en diferentes grupos. Gaby no incluye la arteterapia en su enfoque; el individuo no expresa sus necesidades psicológicas, sino que utiliza el arte como una herramienta para el diálogo y un nuevo conjunto de habilidades creativas. El enfoque incorpora cuatro elementos importantes que aseguran la participación y reproducción de la comunidad: i) Control comunitario: los especialistas de la Fundación TAAP trabajan directamente con los niños y los educadores (maestros capacitados por TAAP) observan y brindan retroalimentación. ii) Educadores: TAAP capacita a los maestros en la metodología y les entrega materiales didácticos para que sigan trabajando con los niños de la comunidad. iii) Artistas: Apoyados por la Fundación, artistas capacitados participan en los talleres con las comunidades. iv) Investigación y Documentación: TAAP sistematiza y distribuye continuamente su modelo para garantizar su replicación en otras comunidades. Gaby sabe que es importante generar incidencia y compartir experiencias para que otros en condiciones similares puedan enriquecerse y aprender de la metodología TAAP. Gaby y su equipo, con la ayuda de artistas, hicieron una presentación de 15 minutos con los testimonios de las comunidades, fotografías y videos para mostrar la realidad de las comunidades y escuelas con las que trabajan. Mostró el video en una reunión con tres gobernadores (uno del gobierno y dos del partido de oposición), sin decir nada, solo dejando que la historia y las voces hablen por sí mismas. Después de eso, los tres la llamaron para trabajar con ella en la solución de estos problemas. Actualmente, todo el tiempo de Gaby se dedica a talleres e investigación. Las actividades principales de TAAP incluyen: 1. Programas de capacitación permanente en comunidades para niños, adolescentes y docentes. Talleres semanales relacionados con el desarrollo del arte y el pensamiento. Hasta la fecha, realizado en Turgua Row (Miranda) y St. Augustine South (Distrito Capital). Los talleres para niños tienen una duración de un año escolar y los de profesores son 32 horas de teoría más apoyo tutorial durante todo el año escolar. 2. Arte, formación para la convivencia y manualidades para niños, adolescentes y jóvenes de primaria. Programa de formación durante 1 año para identificar habilidades, fortalezas y debilidades y planificar su futuro. Reciben formación en artes visuales y tecnologías de la información y la comunicación para poder optar a becas en la Universidad Católica Andrés Bello, el Centro de Estudios Fotográficos y PRODISEÑO. Hasta la fecha, más de 300 niños y 200 jóvenes han participado en estos talleres, y 11 cuentan con becas para continuar sus estudios. 3. ArteTecas por la Paz, para padres y maestros: El objetivo principal es capacitar a los maestros para fomentar el desarrollo de habilidades cognitivas de los niños que participan en los proyectos TAAP. Permitiéndoles incrementar su interés por la escuela y promover el conocimiento sobre el arte, la paz y los derechos humanos. La formación tiene una duración de 5 meses y luego se auto-replica en la comunidad en un modelo de formación de formadores. 4. Enseñanza Sensible para niños y docentes: Desde 2012 la Fundación participa en el proyecto pedagogías sensibles que se desarrolla en el marco de la Feria Iberoamericana de Arte. 5. Programa de Desarrollo Comunitario en Turgua: Programa integrado por las metodologías ArteTecas - Arte y Convivencia y Programa de Emprendimiento Social. Luego de capacitar a madres y líderes comunitarios en la convivencia pacífica y cómo la violencia limita y empobrece, los talleres les permiten llevar a cabo proyectos sociales en sus comunidades. Los talleres son 16 horas de teoría y luego 3 meses de tutoría junto con proyectos comunitarios. La introducción de este tipo de aprendizaje es una innovación en la educación y una oportunidad para promover la participación comunitaria. Uno de los logros clave del TAAP fue expandir su impacto social de ser un proyecto con solo 200 beneficiarios ubicado en una comunidad rural (Turgua Row), a realizar talleres que benefician a más de 7,000 niños, adolescentes, madres y educadoras en todo el país. Otras colaboraciones que han aumentado su difusión incluyen un proyecto conjunto con el gobierno de Miranda, un proyecto con la rama de RSE Beiersdorf, "Nivea caring family", y el apoyo de Chevron como parte de un premio en el Concurso de Ideas 2013 en la categoría de Emprendimiento Social. . Además, Gaby fue dos veces finalista al Emprendedor Social del Año en Venezuela de la Fundación Sin Fronteras y la Fundación Schwab (2012 y 2013). Los programas en curso en estas comunidades involucran a más de 900 niños, 300 adolescentes, 200 maestros y 200 familias. Gaby también realizó un proyecto con 2.000 docentes en el estado de Miranda, donde además de los talleres TAAP, trabajaron con madres para desarrollar ideas emprendedoras relacionadas con la escuela. Gaby considera esencial continuar capacitando e impactando a tantos padres y maestros potenciales como sea posible. Tiene previsto capacitar a más de 20.000 personas y beneficiar a más de 60.000 niños y adolescentes en los próximos tres años. Considera que la formación de madres y profesores es la mejor forma de replicar la experiencia. Para contribuir a la estabilidad financiera de TAAP, ve el desarrollo de empresas sociales y la comercialización de productos desarrollados en la comunidad, así como el apoyo financiero de las empresas. Durante los últimos tres años, Gaby ha estado trabajando en un anteproyecto de ley para el fomento de la Convivencia Pacífica, el cual ha presentado en varios eventos públicos (la Comisión Presidencial para el Control de Armas de Fuego, con el Alcalde de Sucre, con el gobierno estatal de Miranda y el Alcalde de Hatillo). Gaby también ha publicado dos libros: Comunicación sin armas: Contribuciones sobre el papel de la comunicación en el desarme (2012) y Recomendaciones para el desarrollo de una política de comunicaciones (2012). Desde 2014 trabaja en alianza con la Secretaría y la Dirección de Educación del gobierno de Miranda para desarrollar una política de formación docente en temas relacionados con la reducción de la violencia y la convivencia pacífica. Paralelamente, Gaby trabaja con la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) de Caracas para realizar investigaciones, diagnósticos y sistematización de la experiencia TAAP, a través del Centro de Investigaciones en Comunicación (CIC-UCAB) y el programa de posgrado en Comunicación Social. También está desarrollando una propuesta para modificar el plan de estudios actual de Formación Docente. Para ello, Gaby está en conversaciones con UNICEF y el PNUD para conseguir su apoyo en el desarrollo de herramientas de evaluación y una plataforma de formación, no solo en Venezuela sino también en el resto de Latinoamérica. La Fundación TAAP se asocia con otras OSC como la Red por la Paz, la Red por los Derechos Humanos de Niños y Adolescentes (REDHNNA) y la Red de Constructores de Paz. Gaby ya está difundiendo su trabajo en Colombia y aprendiendo cómo traducir las soluciones TAAP allí, a través de la colaboración con la becaria de Ashoka Vicky Colbert y otras OSC. Sus socios corporativos incluyen Monaca (una empresa de alimentos) y Nivea (empresa internacional de productos para el cuidado de la piel) que han mostrado interés en recopilar estadísticas relacionadas con la violencia familiar en ciertas comunidades de interés, y en asociarse con TAAP para desarrollar un programa especialmente para que las madres corrijan estos patrones, dada su exitosa experiencia. En un proyecto, TAPP capacitó a 1.200 madres en los derechos humanos de los niños y ofreció soluciones complementarias. Después de 6 meses, el Consejo para la Protección de la Infancia (UNICEF) evaluó el trabajo y descubrió que el 90% de las madres dejaron de golpear a sus hijos, el 98% dejaron de gritar y más del 70% ahora están trabajando. De las 1200 mujeres, 300 están en rehabilitación de drogas.