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Roberto José Montesinos Bruni
VenezuelaAshoka Fellow desde 2016

La visión de Roberto es armonizar las relaciones dentro del entorno laboral. Todos se sienten corresponsables y copropietarios. Aporta a la sociedad un modelo armonioso de cooperación que empodera a los trabajadores y reemplaza el modelo potencial de conflicto de las empresas tradicionales. Está transformando a los empleados dependientes en un grupo bien capacitado de copropietarios de la empresa y lo está haciendo en armonía con el CEO y los gerentes. En ese sentido, está transformando una empresa en un consorcio de diversas entidades, como cooperativas y empresas comerciales regulares. En este sentido, está capacitando a los empleados para que aumenten su autosuficiencia y está mejorando sus competencias técnicas y de gestión.

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La persona

Roberto creció en una familia que durante generaciones ha luchado por llevar la salud, la educación y las instituciones democráticas al siglo XX. Su familia le ha transmitido el compromiso de luchar contra la pobreza y su dedicación al propósito de construir una nación. Su madre, nacida de inmigrantes italianos, y huérfana de padre a temprana edad, le enseña el valor del trabajo pero es su abuela, de quien aprende el espíritu emprendedor: logró criar con éxito una gran familia entre las adversidades más duras, y nunca Dejó de emprender hasta el último día de su vida. Roberto estudió Sociología, y en 1986, al día siguiente de su último examen, con tan solo 23 años tuvo que hacerse cargo del negocio de su abuela, ya que ella tenía más de ochenta años y aún dirigía la empresa. Fue entonces cuando enfrentó el desafío de administrar un negocio; de la mano de su abuela experimentó las dificultades y recompensas del espíritu empresarial. Luego fundó sus propias empresas, vende sus acciones de las empresas que fundó y viajó a Boston con el propósito de aprender inglés y conocer el mundo empresarial en Estados Unidos. Regresó a Barquisimeto, a los negocios de su abuela, aportando visión y sus nuevas habilidades. Luego de alejarse de los negocios familiares, la producción de café fue su fuente de vida hasta que tuvo la oportunidad de asesorar a las organizaciones en sus esquemas de negocios, así es como en 1997 comienza a trabajar como consultor empresarial. Fue contratado por Venequip, una representación de Caterpillar en Venezuela, como Director de la empresa, que tras solucionar los conflictos de la empresa le otorgó una beca / beca para realizar estudios sobre el tema en España, donde obtuvo su Maestría en Gobierno y Cultura de Organizaciones en el Instituto de Negocios y Humanismo de la Universidad de Navarra, donde desarrolló el programa de cursos que permitiría pasar de una experiencia concreta a una metodología para la transformación de empresas en redes de alianzas con los trabajadores.

La idea nueva

Roberto está armonizando el clima laboral delegando la coparticipación y corresponsabilidad a los empleados. Lo está haciendo mediante la introducción de diversas carteras y tipos de organizaciones, especialmente cooperativas, y construyendo un modelo sinérgico entre ellas. Roberto previene y resuelve los conflictos entre empleadores y empleados al capacitar a los empleados para que se conviertan en verdaderos socios y aliados de los ejecutivos existentes. Lo está haciendo en armonía, de modo que ambas partes se beneficien a través de una estrategia de ganar-ganar. Roberto propone una metodología que transforma las empresas en redes de alianzas. Los empleados están atravesando un proceso de empoderamiento, que aumenta su autosuficiencia y sus competencias. Al final, se convierten en socios confiables, cooperativos y productivos de los propietarios y directores ejecutivos. De ahí que estén plenamente preparados para convertirse en propietarios de su propia cooperativa que, en sociedad con la antigua estructura societaria y sus directivos, se transforman en un consorcio de diversas empresas. Les proporciona herramientas para ayudarles a encontrar "su lugar en el mundo". Roberto también trabaja con propietarios, directores generales y personal directivo para que puedan comprender y formar parte de esta nueva estructura y modelo de relación. De ahí que tanto trabajadores como empresarios sean agentes de cambio y como colectivo sean capaces de entender que su primer objetivo es servir a la sociedad en la que se insertan, donde además de valor económico también se genera valor social. Además, esta transformación hace que el consorcio sea más ágil y competitivo en el mercado.

El problema

Venezuela se caracteriza por ser un país con alto nivel de emprendimiento; sin embargo, las condiciones legales, sociales y políticas, además de muy escasas oportunidades, junto con una desmovilización y deterioro exponencial del sector productivo y empresarial desde 2002, así como las políticas intervencionistas llevadas a cabo por el Gobierno contrarias al emprendimiento, ha generado conflictos. entre empleados y empleadores. El Gobierno ha intervenido 1440 empresas, la mayoría de ellas expropiadas para el gobierno y entregadas por éste a los sindicatos creando una lucha entre empresarios y empleados. El 80% de las empresas expropiadas han terminado en saqueos, quiebras y un dramático deterioro del sistema económico-social, hasta el punto de que todo esto ha llevado a un alarmante empobrecimiento, deterioro de las condiciones laborales, aumento del desempleo, aparición del empleo informal y reducción significativa del número de empresas en el país. Las condiciones actuales han provocado una profunda escasez de alimentos, medicinas, materiales, insumos, llevando al país a todos los niveles de pobreza y la aparición de mafias, como los "bachaqueros" que compran y luego revenden productos en el "mercado negro" a los consumidores que no encuentran "nada" en el mercado, a precios que a veces son mil veces el precio regulado por el gobierno. El salario mínimo diario no es suficiente para pagar los alimentos durante un día, por lo que la línea de pobreza ahora cubre a la gran mayoría de la población. La legislación laboral tiene un poder expansivo y ha terminado abarcando casi cualquier forma de organización del trabajo. El lenguaje y la lógica de la economía social y participativa es radicalmente diferente al corporativo; Es importante desarrollar la capacidad tanto de los empleadores como de los empleados para entenderse y cooperar entre sí para su beneficio mutuo. Las empresas acaban perdiendo su horizonte de planificación y, ante la incertidumbre, lo único prudente que pueden hacer es mantener bajos los costes laborales. Las consecuencias son bajos incentivos para poner en marcha empresas, dificultades para retener el talento en las organizaciones y, en definitiva, un marco adverso para el desarrollo de las empresas productivas.

La estrategia

Roberto heredó de su familia una profunda preocupación por los problemas sociales y mientras estudiaba sociología se sorprendió por las contradicciones entre sociología y empresa. Su primera idea entró en acción en 1997, cuando comenzó a trabajar en Venequip como consultor con la tarea de transformar la empresa y resolver el conflicto entre los empleados representados por el Sindicato y los empresarios representados por el CEO y los gerentes. Su idea transformó la empresa en diversas entidades como cooperativas y negocios regulares al empoderar a los empleados para convertirse en verdaderos socios del proceso productivo. Su principal convicción era que la armonía real y la cooperación exitosa vienen acompañadas de empoderar a los empleados para que se conviertan en socios leales, comprometidos y productivos y, de esa manera, eliminen los habituales conflictos atrayentes. Decidió utilizar el exitoso modelo de transformación de Venequip para ayudar también a otras empresas y sus empleados. Roberto cambia la mentalidad de los trabajadores y subempleados, que suelen tener trabajos serviles, temporales o estacionales, que son personas pobres sin oportunidades de convertirse en contratistas, para que puedan organizarse como cooperativa y así convertirse en dueños de sus propios negocios. Para ello diseñó 3 etapas: la primera etapa es “de mí a nosotros” e implica la transformación de la competencia (pensamiento individualista) en cooperación (pensamiento colectivo). La segunda etapa es llevar a los trabajadores a articular sus sueños y visión en un objetivo realista y alcanzable y la tercera es desarrollar una visión compartida en la que la empresa y los trabajadores organizados logren llegar a acuerdos duraderos y mutuamente beneficiosos. En 2001, Roberto fue nombrado director de Venequipin con el fin de transformar las relaciones laborales en alianzas con cooperativas y se fue a estudiar Las experiencias de Mondragón en España, con una beca otorgada por Venequip. Redefinió su metodología, concluyendo que los trabajadores pueden ser sus propios jefes, lo que significa que pueden tomar conciencia de su necesidad de desarrollar sus habilidades relacionadas con el Autogobierno, la Autogestión y la Autodisciplina. Desarrolló un programa de cinco meses, con 3 nuevas etapas: formación en competencias empresariales, establecimiento de una nueva organización y habilidades de negociación. Al final de este programa de cinco meses, los trabajadores han establecido una nueva forma de asociación y, como tal, presenta su oferta de servicios a sus antiguos empleadores. Este paso es crítico porque, en ese momento, la iniciativa está invertida y son los trabajadores, en el ejercicio de sus derechos constitucionales, quienes actúan y se hacen cargo de su destino, como copropietarios de su empresa. Este acto, que resume cuatro o cinco meses de trabajo, está en el centro del escudo contra el acoso de entidades públicas con más sesgo ideológico. La respuesta a la intervención estatal contra la empresa, que supuestamente actúa en defensa de los trabajadores, es convertir a los trabajadores en empresarios. Ésta es una idea innovadora, porque hasta el momento actual en Venezuela, sujeto a una polarización política en todos los ámbitos de la vida, la defensa de los trabajadores de su propio destino es primordial para preservar los empleos y las industrias abiertas. Como se mencionó anteriormente, el gobierno expropia industrias y las entrega a sus trabajadores sin ninguna capacitación en habilidades gerenciales. En 2007, Roberto decidió crear El Laboratorio de Organizaciones (LABOR), una asociación civil donde los empleados son socios y comparten los honorarios generados, en proporción a su contribución a cada proyecto y a la difusión de sus ideas. En 2011, Roberto dio el paso de brindar cursos de capacitación cooperativa en un formato más empresarial, incluido el trabajo pro bono. Desde entonces, Roberto incide en el empoderamiento de los grupos asociativos de trabajadores para el emprendimiento e incluso suma a LABOR a los cooperadores para inspirar a los recién llegados a la idea desde sus propias experiencias. Roberto decide colocar a los empleados en el centro de su emprendimiento y también se enfoca en crear asociaciones entre comunidades organizadas y empresas. A lo largo de los años esto le ha llevado a construir una red de empresas y cooperativas que son ejemplos del éxito de su enfoque. Entre 2007/2015 Roberto transforma 50 empresas y 1020 Cooperativas concebidas a partir de la organización de ex trabajadores de estas empresas, llegando a más de 15.000 trabajadores. Varios de estos casos han sido objeto de estudios de caso en el IESA (institución académica empresarial de gran prestigio) y como tesis tanto en la Facultad de Ciencias Sociales de la UCAB (Universidad Católica de Caracas) como de Maestría en el IESA. con el que sigue manteniendo relaciones. Estos casos de estudio e investigación muestran cómo los miembros de las cooperativas, como es el caso de Inversiones Animese, han elevado su nivel de educación e ingresos, así como el nivel de vida de sus familias debido a la organización en cooperativas en lugar de ser empleados de una empresa más grande. Roberto crea diferentes modelos de cooperativas, más flexibles y competitivos en las condiciones actuales del mercado. Pone como ejemplo la situación de los cargadores y descargadores de camiones de la zona industrial II de Barquisimeto, a quienes ayudó a organizarse en cooperativas brindando diferentes servicios. Estas personas le decían "Éramos marginales y ahora somos una empresa especializada en el manejo de carga para corporaciones". Los cargadores y descargadores de camiones se encuentran a lo largo de las áreas industriales del país; son muy pobres, a menudo descalzos y en condiciones precarias; prestan el servicio de carga o descarga de camiones por propinas, sin sueldo ni salario fijo. Su consolidación en una cooperativa formal ha aumentado su autoestima, nivel de ingresos y ha fortalecido los lazos sociales entre los dueños de industrias y las comunidades de muy bajos ingresos que rodean las instalaciones. Roberto ha consolidado una asociación con egresados de sus propios programas que ahora forman parte de su proyecto como facilitadores y proveedores de los servicios que presta el Laboratorio de Organizaciones. Labor. Los modelos de asociación se han diversificado y su metodología de trabajo se ha consolidado, mediante la incorporación de los resultados de cada experiencia a su propio aprendizaje como emprendedores. Este es el sueño de Roberto de poder transformar la naturaleza misma de las relaciones laborales y su trascendencia social, no solo dentro de los límites de Venezuela, sino también a nivel regional. Hay algunos grupos asociados con el laborismo y muy a menudo él está haciendo trabajo pro-bono con los trabajadores domésticos para empoderarlos. Al 2016 cuenta con 9 empresas competentes con el sistema implementado y en funcionamiento. Esto muestra que la metodología se ha expandido en Venezuela. Para 2018 Roberto proyecta la construcción de un edificio sede para la formación de promotores y facilitadores, que son multiplicadores de su metodología; esto, complementado con publicaciones de estudios de caso que dan cuenta del éxito de su metodología de gestión, la creación de conocimiento y experiencia, redes virtuales y presenciales que permitan compartir entre los miembros de la comunidad las diferentes y creativas soluciones que estas alianzas han aportado a las empresas y comunidades, son los medios por los que ya está replicando su idea. Planea lanzar una plataforma para crear un movimiento y dejar de ser una idea de un solo hombre para el 2020. También planea influir en la ley. Para el 2026 prevé impactar al menos al 10% de los trabajadores en Venezuela y miles en el continente, multiplicando así la cantidad de agentes de cambio capaces de llevar este modelo a más empresas y comunidades, aumentando las áreas diseñadas para brindar este tipo de capacitación. y multiplicando el mensaje, llevar la noticia de un nuevo concepto de trabajo y negocio a todos los rincones del planeta.