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Mariana Ruenes
MéxicoSINTRATA, A.C.
Ashoka Fellow desde 2021

Mariana Ruenes está abordando la trata de personas haciendo sus operaciones más difíciles y riesgosas, y por lo tanto menos rentables. Ella está aprovechando la infraestructura existente y creando nuevos roles para los actores públicos y privados para inhibir los movimientos de los traficantes, generar datos e investigaciones para informar la toma de decisiones y capacitar a los actores de primera línea para una respuesta y prevención efectivas.

#Trata de personas#Víctima#Industria#Contrabando#Sector público

La persona

Mariana pasó gran parte de su infancia en una playa virgen de Jalisco, México, donde su padre abrió un hotel. La playa cambió significativamente por la presencia de ella y su familia. Cuando Mariana regresó nueve años después para visitar la playa después de que el hotel de su padre fuera destruido por un huracán, sintió un extraño alivio. La idea de que una sola acción puede cambiar todo un ecosistema se ha quedado con Mariana y la ha estimulado desde entonces. A los 17 años, Mariana conoció a una mujer que había sido víctima de trata de personas con fines de explotación sexual. Su historia abrió los ojos de Mariana a este problema invisible y la inspiró a ser voluntaria en refugios para niñas sobrevivientes, donde organizó eventos y recaudó fondos. También comenzó a dar charlas en su universidad para crear conciencia, yendo de puerta en puerta para persuadir a los profesores a donar tiempo de clase para su presentación. Lo que comenzó como una breve intervención en el salón de clases pronto se convirtió en conferencias para toda la universidad y finalmente en 12 conferencias por semestre, auditorios repletos y un movimiento estudiantil que creció a otras universidades importantes. Un año después, en 2012, este movimiento se convirtió en SINTRATA, una organización galardonada con más de 500 voluntarios que ha llegado a más de 175 000 personas. Sin embargo, Mariana no estaba segura de cómo medir su impacto y se frustraba cada vez más porque no estaba haciendo mella en el sistema. Llegó a la conclusión de que necesitaba encontrar un enfoque más estratégico y decidió obtener una maestría. Una experiencia como pasante en la zona rural de Maharashtra, India, le aclaró que quería poner soluciones en manos de los más afectados. De vuelta en México, Mariana planeó capacitar a los empleados del hotel para identificar casos de trata de personas a fin de financiar un nuevo proyecto comunitario, pero una conversación con el becario de Ashoka, Alejandro Maza, la ayudó a darse cuenta del poder de esa idea. Buscando saber qué sectores además de los hoteles enfrentaban una necesidad similar, se sumergió en registros policiales olvidados, identificando patrones en los testimonios de los sobrevivientes que revelaron cómo las operaciones de los traficantes se cruzan con industrias clave. Esta idea llevó a Mariana a revisar por completo la estrategia de SINTRATA y desde entonces ha aumentado su impacto a nivel internacional. Por su trabajo, Mariana ha sido invitada como ponente al Simposio de la Juventud del Vaticano y otros eventos internacionales, así como múltiples premios: Anáhuac Impulsa Social Entrepreneur of the Year, Ibero-Bremond to Student Social Impact, UBS-Ashoka Visionaris y Thomson Premio Stop Slavery de la Fundación Reutrers.

La idea nueva

A través de su trabajo de base apoyando a las víctimas y sobrevivientes de la trata de personas desde 2011, Mariana identificó el papel que desempeña la infraestructura de las ciudades para permitir que prosperen estos delitos. Se dio cuenta de que el 99% de las víctimas pasan desapercibidas en lugares donde podrían ser fácilmente identificadas, ya que los traficantes utilizan infraestructura, bienes y servicios comunes para operar. Como resultado, Mariana cambió su estrategia hacia romper la “cadena productiva” a través de una acción coordinada. Su objetivo es impedir la circulación y explotación de las víctimas aumentando el riesgo y reduciendo los incentivos para los traficantes. Mariana se dio cuenta de que las empresas tienen un potencial único para interrumpir la trata de personas. Por lo tanto, se está asociando con actores clave en industrias estratégicas, como el turismo, el transporte y la tecnología, para crear nuevos estándares que dificulten cada vez más la operación de los traficantes. Mariana se enfoca en involucrar a empresas líderes que tienen un alcance internacional y el poder de influir en todo su sector, como Marriot International y Uber. Ayuda a las empresas a equipar a quienes están más cerca del problema, sus empleados sobre el terreno, con las herramientas adecuadas en el momento adecuado para poder reaccionar. Al establecer las condiciones para que los trabajadores de primera línea respondan de manera segura, Mariana aumenta su disposición a denunciar a las víctimas y aumenta su acceso a la justicia. A su vez, mejorar las tasas de denuncia disuade a las redes de trata de utilizar esos servicios, dificultando sus operaciones y, en última instancia, reduciendo el número de víctimas. Por ejemplo, Mariana se asoció con Uber porque las redes de traficantes usan sus servicios de viajes compartidos para trasladar a las víctimas entre ciudades; es un negocio parasitario. Por lo tanto, establecer mecanismos para facilitar la denuncia tiene un doble efecto: primero, aumentar las tasas de denuncia para obtener mejores datos sobre el número de casos y aumentar la probabilidad de una respuesta de las autoridades; y segundo, disuadir a los traficantes de usar Uber. Si estos efectos se replican en todo el sector del transporte, el impacto no depende de la eficacia del sistema de justicia. Además, Mariana está construyendo una base de datos regional sobre operaciones de tráfico que permitirá intervenciones cada vez más precisas. Este esfuerzo es especialmente importante para un fenómeno ampliamente indocumentado como la trata de personas: Mariana está ampliando fundamentalmente la comprensión de cómo opera la trata en el terreno, haciendo visible el problema para generar las mejores prácticas, informar la toma de decisiones y fomentar la acción coordinada. De esta manera, Mariana está ayudando a dirigir los recursos hacia las soluciones más efectivas y duraderas. Además, está generando una base de evidencia para influir en las políticas y regulaciones de la industria en el futuro.

El problema

Las estimaciones sugieren que la trata de personas afecta a más de 40 millones de personas en todo el mundo. Según el Índice Global de Esclavitud, actualmente hay 340,000 víctimas de la esclavitud moderna solo en México. Esta estadística solo muestra casos identificados; sin embargo, una de las razones clave por las que la trata de personas es tan intratable es que se desconoce su magnitud real. Se estima que menos del 0.1% de las víctimas tanto en México como a nivel mundial son denunciadas; El 80% de las víctimas que cruzaron fronteras pasaron desapercibidas en los controles oficiales, según la Organización Internacional para las Migraciones. Los traficantes pueden operar de manera invisible en su mayor parte debido a la falta de acción coordinada y a la insuficiencia de datos dentro y entre países. Este problema ha sido destacado por la Oficina de Responsabilidad del Gobierno de EE. UU., que critica las cifras falsas informadas por los gobiernos, incluido el suyo propio, cuestionando la precisión de los datos debido a deficiencias metodológicas. Una de las debilidades de estas estimaciones es que los términos, como “víctimas de la trata”, no se definen ni se usan de manera consistente. Además, los datos sobre el número de personas traficadas se mezclan con los de otras víctimas, incluidos los migrantes ingresados de contrabando al país o las mujeres en el trabajo sexual. Los gobiernos y los profesionales de la lucha contra la trata de personas de la sociedad civil de todo el mundo experimentan estos inhibidores de datos precisos. En México específicamente, la Comisión Nacional de Derechos Humanos realizó un estudio en 2020 y afirmó que la nación necesita mejorar su investigación sobre los patrones de trata, la recopilación de datos de traficantes y víctimas, y la asignación de recursos para que las ONG puedan tener un mayor impacto. Sin una comprensión del alcance y la mecánica del problema, existe una capacidad limitada para identificar y proteger a las víctimas. La identificación de las víctimas se complica aún más por la naturaleza coercitiva del delito: los traficantes se aprovechan de la vulnerabilidad y la pobreza de las personas para usar amenazas y violencia para forzarlas a la colusión o al silencio. Los traficantes en México generalmente se aprovechan de las niñas del campo que son de clase baja, tienen poca educación y han sido abusadas repetidamente en el hogar. Otra táctica que utilizan es amenazar con lastimar a las familias de sus víctimas o secuestrarlas. Estos factores hacen que el tráfico de personas sea el negocio ilegal de más rápido crecimiento en el mundo y uno de los más lucrativos después del tráfico de drogas y armas, generando 150 mil millones de dólares anuales. Los traficantes dependen de la infraestructura, los servicios y los bienes comunes de las ciudades: autobuses, aviones, taxis, hoteles, Internet; sin embargo, las empresas de estas industrias clave no participan activamente en la resolución de este problema a pesar de su potencial estratégico. Además, a través de su investigación, Mariana descubrió que los operadores de primera línea, como los conductores y los empleados de hotel, carecen del conocimiento y las herramientas para identificar, informar y responder a los casos de manera segura, lo que permite que los traficantes continúen moviendo personas y dinero sin ser notados. El Departamento de Estado de Estados Unidos atribuye esto a que no existe un protocolo estandarizado para que estos trabajadores denuncien la trata de personas. Por ejemplo, deben estar capacitados para buscar signos de mala higiene o desnutrición, abuso físico o comportamiento sumiso entre las presuntas víctimas. Otro problema es que las estrategias contra la trata carecen de una medición sistemática del impacto que permita tomar decisiones basadas en evidencia. Como resultado, las intervenciones tienden a ser demasiado amplias, como campañas nacionales para el público en general, y repiten errores comunes en lugar de aprovechar los aprendizajes.

La estrategia

El enfoque de Mariana comienza con el desarrollo de una comprensión más completa del problema. SINTRATA colabora con científicos de datos, expertos multidisciplinarios y poblaciones objetivo para investigar cómo operan las redes de tráfico dentro de diferentes sectores y contextos. Usando estos conocimientos, SINTRATA desarrolla mejores prácticas, políticas y herramientas digitales para apoyar a los actores clave en el sector público y privado a tomar medidas basadas en evidencia contra la trata de personas. Mariana colabora con empresas en industrias clave para llegar a los ciudadanos que pueden ayudar a revelar los números ocultos de los casos de trata y luego utiliza estos datos para proporcionar información procesable para mejorar la respuesta y la prevención. SINTRATA desarrolla herramientas para documentar casos que pueden ser utilizadas de manera fácil y segura por los socorristas de primera línea, personas que tienen más probabilidades de encontrarse con víctimas potenciales en puntos de contacto estratégicos, como aeropuertos, hoteles, consulados, etc. Por ejemplo, desarrollaron un cuestionario digital llamado SINTRATA Survey Solutions para registrar inmediatamente los detalles de las víctimas identificadas: quiénes son, dónde fueron encontradas, cómo llegaron allí. Involucrar a los socorristas de primera línea le permite a SINTRATA tener “ojos en todas partes” y generar un flujo continuo de información sobre cómo funciona el tráfico en el terreno. Mientras tanto, los ciudadanos en sectores clave ven su papel e impacto en la sociedad bajo una nueva luz y están motivados para convertirse en parte de la solución. SINTRATA complementa y coteja estos datos colaborativos fomentando el intercambio de inteligencia con ONG, empresas y gobiernos nacionales e internacionales. El conocimiento agregado luego se agrega a una base de datos regional para hacer visible el verdadero alcance del problema y generar información más precisa, detallada y oportuna que se puede aprovechar para presionar a los formuladores de políticas y al sector privado. Fundamentalmente, los sobrevivientes de la trata están involucrados en cada paso de este proceso como consultores. Validan materiales, brindan retroalimentación y actúan como fuentes clave de datos sobre las realidades del tráfico en base a sus propias experiencias. Gracias a sus testimonios, SINTRATA puede identificar patrones y saber dónde buscar a las víctimas, así como las mejores formas de acercarse a ellas para ofrecerles ayuda sin ponerlas en mayor riesgo. Mariana espera que este enfoque en la evidencia promueva una cultura de medición de impacto e innovación en el campo. Trabajar con líderes de la industria ayuda a Mariana a escalar el impacto rápidamente en su red, mientras que su posición influyente crea las mejores prácticas que se extienden por todo el sector. Con evidencia del papel de cada actor, puede presentar argumentos a posibles socios para que se involucren: compartir la situación actual, lo que el socio puede hacer y cómo SINTRATA puede ayudarlos a hacerlo. SINTRATA alinea los incentivos de la responsabilidad social empresarial, la gestión de riesgos y la competitividad con sus objetivos de impacto social para incorporar empresas en sectores estratégicos. En solo tres años, se ha asociado con varias multinacionales como Marriot, Telefónica Movistar, Facebook y Uber. Estas asociaciones permiten a SINTRATA enviar datos a escala a los socorristas de primera línea como recomendaciones y herramientas para mejorar su capacidad de identificar y denunciar casos. SINTRATA trabaja en estrecha colaboración con cada socio para identificar las brechas, así como los recursos e infraestructura existentes que se pueden aprovechar. En su asociación con Uber México, SINTRATA utilizó los canales de comunicación disponibles para enseñar a 300 000 conductores y mensajeros en áreas prioritarias de México qué es la trata de personas y cómo identificar y denunciar a las víctimas. La infraestructura digital de Uber hizo posible realizar una prueba controlada aleatoria (ECA) que mostró qué mensajes, tiempos y formatos eran más efectivos para las campañas digitales. El resultado fue un llamado a la acción personalizado que llevó al 90 % de los participantes a estar de acuerdo en que tienen un papel importante que desempeñar y tienen el conocimiento para hacerlo. Para traducir la concientización en acción, SINTRATA también creó un mecanismo que facilita la denuncia: un botón dedicado en la sección Ayuda dentro de la aplicación Uber que facilita el acceso seguro y anónimo a la Línea directa nacional contra la trata de personas, que coordina esfuerzos con las fuerzas del orden público federales y locales. Al final del programa piloto, hubo un aumento del 50 % en la disposición a denunciar casos sospechosos. Este éxito llevó a Uber a integrar el programa en su iniciativa de seguridad global. Hasta la fecha, la campaña ha llegado a alrededor de 1 millón de personas en México, Guatemala, Panamá, Costa Rica y Canadá. En todos sus programas, SINTRATA está aprovechando la tecnología para llegar a poblaciones clave a las que no podrían llegar de otro modo, de una manera muy específica, constante y personalizada para impulsar cambios de comportamiento. Desarrollan herramientas para aumentar la capacidad de los socorristas de primera línea para identificar y reportar casos de manera segura en lugares de alto riesgo, como los aeropuertos. También utilizan materiales digitales y plataformas existentes para difundir información esencial a las personas adecuadas en momentos críticos. En 2021, SINTRATA lanzará una campaña en línea altamente segmentada para la educación preventiva y, en alianza con Telefónica Movistar, desarrollará estrategias para desarrollar capacidades en la Policía de Prevención de Delitos Cibernéticos del Ministerio de Seguridad Pública. Sobre la base de los resultados de los primeros pilotos, Mariana se está enfocando actualmente en mejorar y replicar estrategias exitosas con nuevos socios en otros países. Ella quiere establecer grupos de trabajo que reúnan empresas, organizaciones e instituciones en sectores clave para compartir aprendizajes y mejores prácticas continuamente. Por ejemplo, recientemente se asoció con OYO Rooms y BID Invest para desarrollar un estudio sobre la trata y explotación de personas en la industria hotelera de América Latina. Los hallazgos se utilizarán para co-crear pautas de prevención que puedan ser implementadas por cualquier hotel, comenzando con pilotos en México y Brasil. En los próximos 5 años, espera posicionar la trata de personas como un tema apremiante en la agenda del sector privado. Mariana tiene como objetivo que la prevención del tráfico se convierta en un estándar competitivo, por lo que ya no necesita buscar socios individualmente y hacer una propuesta de valor cada vez. Ya hay señales de este potencial: el éxito con Marriot y Uber llevó a OYO Rooms, Didi y las Secretarías de Transporte y Turismo de México a acercarse a SINTRATA. Con el tiempo, busca influir en las políticas de los sectores público y privado de América Latina que reducen significativamente la trata de personas haciéndola tan poco rentable y riesgosa que se vuelve rara.

Mariana Ruenes