Reconocida abogada feminista, Mireya quiere hacer de la ley una herramienta para el cambio social en manos de grupos de mujeres de base.
Gutiérrez, abogado de Veracruz, fue elegido en 1969 de un grupo de 300 candidatos mexicanos para completar un doctorado en derecho en la Universidad de Montpelier en Francia. Allí estudió derechos humanos con Rene Cassan, premio Nobel de la Paz en 1968, y se unió a las feministas francesas que organizaban el Tribunal Internacional de Crímenes contra la Mujer con Simone de Beauvoir. De regreso a México en 1976, Gutiérrez se convirtió en profesora e investigadora en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y cofundó un grupo llamado "Coalición de Mujeres Feministas" que coordinaba grupos relacionados con los derechos de las mujeres. Miembro de la Academia Mexicana de Derechos Humanos, Gutiérrez es coautor de un "anteproyecto de ley" sobre maternidad voluntaria. Fue responsable de un cambio en la ley sobre la gravedad y el alcance de la pena impuesta a los violadores.
En los últimos cinco años, los grupos de base del movimiento popular en México han crecido sustancialmente, especialmente después del terremoto. La gran cantidad de grupos, aunque a menudo en diferentes etapas de desarrollo, comparten muchas características comunes, incluida la falta de conocimiento legal y, en consecuencia, la incapacidad para usar la ley como un instrumento de cambio social.Mireya Toto Gutiérrez quiere ayudar a estos grupos, especialmente los grupos de mujeres, para comprender y utilizar la ley en su beneficio. Ella comienza brindando cursos de alfabetización legal a sus líderes y luego los ayuda a transmitir sus conocimientos a sus grupos. Al trabajar con los líderes del grupo, Gutiérrez normalmente discutirá casos concretos que afectan a sus miembros (por ejemplo, violación, aborto, mujeres maltratadas, etc.) y continuará ayudando a diseñar estrategias de acción específicas.
Las mujeres han sido tradicionalmente un segmento desfavorecido de la sociedad latina. Los delitos contra la mujer, como la violación y el maltrato, se tratan muchas veces como asuntos personales o familiares; muy a menudo, se culpa a las víctimas. El movimiento feminista de la década de 1970 ha cambiado el pensamiento, la acción y, a veces, las leyes en América Latina. Sin embargo, acaba de comenzar un cambio más profundo que permitirá a las mujeres de todas las clases alcanzar la igualdad y el trato justo ante la ley. En 1984 Gutiérrez fue responsable de un cambio en la ley mexicana, alargando la pena para los violadores y no permitiendo que fueran liberados bajo fianza. Esta fue una gran victoria para las feministas pero no aseguró la aplicación de la ley. En palabras de Gutiérrez, "la mayoría de las mujeres aún se sentían avergonzadas y desprotegidas y la mayoría de los violadores quedaron libres para repetir sus crímenes". El surgimiento del movimiento popular, liderado muchas veces por mujeres y grupos de mujeres, brindó una nueva oportunidad para que Gutiérrez usara la ley en beneficio de las mujeres, esta vez, cree ella, de una manera más efectiva y de mayor alcance.
El trabajo inicial de Gutiérrez sobre temas de mujeres la ha convertido en un recurso importante entre los grupos de mujeres de base. Conmovida por la demanda de su asesoría y armada por su experiencia como activista en Francia y en México, Gutiérrez decidió sistematizar los seminarios y consultorías que viene impartiendo con tanto éxito. Los cursos de Gutiérrez consisten en una serie de reuniones donde los grupos: (1) identifican los problemas legales más importantes que afectan a las mujeres; (2) analizar las actitudes y comportamientos sociales subyacentes a estos problemas y recibir información sobre la ley y su posible aplicación; y (3) desarrollar estrategias de acción y planes de trabajo para enfrentar los problemas. El trabajo de Gutiérrez ayudará a miles de mujeres a comprender mejor la ley y, en consecuencia, a poder protegerse y ser más eficaces en la reivindicación de sus derechos. Le dará al movimiento popular el uso de una nueva y poderosa herramienta, una que había rechazado en una era ideológica anterior. Como abogado, Gutiérrez señala con satisfacción que el fin del alejamiento de la ley de estos grupos ciudadanos es casi tan importante para la sociedad como lo es para ellos. Gutiérrez ahora quiere difundir su trabajo a escala nacional. Comenzará capacitando a los líderes de su extensa red de grupos de mujeres. Esta red incluye organizaciones como la Coordinación Nacional del Movimiento Urbano Popular (CONAMUPE), el Sindicato de Costureras y grupos de mujeres en prácticamente todos los estados de México.